LUCA BENITES
(Brasilia, 1981). Artista y arquitecto.
Comenzó a pintar en 1998 con el reconocido pintor uruguayo Ignacio Iturria, en la ciudad de Montevideo. En 2002, comenzó su producción de esculturas y pinturas en cemento. En 2005, ganó un concurso público nacional con un equipo de arquitectos para una escultura monumental en Uruguay, en la Plaza del Ayuntamiento de Montevideo. Desde 2002, ha llevado a cabo su proyecto como arquitecto, fundando su oficina de arquitectura en Uruguay, un proyecto que duró hasta mediados de 2008, mientras también trabajaba en sus proyectos artísticos que comenzaron años anteriores. Fue profesor de Proyecto en la Facultad de Arquitectura de la Universidad ORT (Uruguay) durante 5 años. Como profesor, participó en Bienales de Arquitectura en América Latina y España. Ganó varios concursos de arquitectura como estudiante y más tarde como arquitecto, también dio conferencias sobre su trabajo en Uruguay, España y Portugal. En 2008, decidió mudarse de forma permanente a Europa para continuar su carrera artística.
Durante casi 18 años, su producción artística se ha centrado en cuestionar el crecimiento de las ciudades y los problemas urbanos en general. En 2016, decidió cambiar radicalmente su carrera. De esta manera, quemó todo su patrimonio artístico para poder emprender un nuevo camino y, por lo tanto, refinar un enfoque muy centrado de la arquitectura. El documental "FOGO" se filmó en la pequeña ciudad de Ebnit, en Austria, donde se quemaron 300 obras de arte, hasta aquel entonces todo su patrimonio artístico y personal. Estas obras se encontraban en depósitos de diferentes galerías e instituciones en Suiza, Estados Unidos, América Latina y China. Con las cenizas de todas estas pinturas, fotografías, dibujos y pequeñas esculturas, decide crear una etapa de transición llamada "FOGO". Durante los años 2017 y 2018, produce relojes de arena con las cenizas del trabajo quemado para cuestionar el uso de nuestro tiempo y el valor que atribuimos a nuestra vida cotidiana.
Luca Benites cuenta con más de 80 exposiciones internacionales entre Miami (Estados Unidos), Copenhague (Dinamarca), Shangai (China), Busan (Corea del Sur), Lisboa (Portugal), Barcelona, Madrid, Bilbao, Girona, Santander (España) ), São Paulo, Sorocaba, Porto Alegre, Curitiba, (Brasil), Buenos Aires (Argentina), Montevideo, Punta del Este, Pueblo Garzón (Uruguay), Lima (Perú), entre otros. Su obra pertenece a colecciones relevantes en la escena del arte contemporáneo, como el Museo de Arte Contemporáneo de Niterói (MAC - Niterói, Brasil), diseñado y construido por el reconocido arquitecto brasileño Oscar Niemeyer. Esta colección de casi 3.000 obras pertenece al marchand de arte y al segundo coleccionista más importante de Brasil, João Leão Sattamini Neto, con obras de Lygia Clark (Belo Horizonte, 1920), Hélio Oiticica (Río de Janeiro, 1937), Alfredo Volpi (Lucca, Brasil). 1896), entre otros. Luca Benites también forma parte de importantes colecciones institucionales, como el Museo de Arte Contemporáneo de Sorocaba, MACS (São Paulo, Brasil), el Parque de Esculturas de la Fundación Pablo Atchugarry (Punta del Este, Uruguay), de la colección de la Princesa Afsham Almassi ( Suiza) o la colección de la familia propietaria del grupo Votorantim, Neide de Moraes. Participó en exposiciones colectivas con reconocidos escultores internacionales, como Abraham Palatinik (Natal, 1928), Manolo Valdés (España, 1942), Martin Chirino (España, 1925), Rafael Canogar (España, 1935), Claudio Edinger (Río de Janeiro, 1952), Octavio Podestá (Uruguay, 1929), entre otros.
Fue el coordinador de toda la producción a 58º. Bienal de Arte de Venecia para la Exposición del Pabellón de Uruguay, representada por el artista Yamandú Canosa (Venecia, 2019). Trabajó como director artístico de PINTA Art Fair en Miami (2019) en la coordinación general, arquitectura y producción de instalaciones por artistas personalmente dirigidos por él, como Julio Le Parc, Pablo Atchugarry, Alicia Framis, Tulio Pinto, Yamandú Canosa, entre otros.
Actualmente, trabaja en su estudio en Barcelona, donde comparte un edificio industrial con el reconocido artista español Antoni Muntadas y produce sus obras en bronce, vidrio y cemento en colaboración con Fademesa (Madrid), Argia Badago (País Vasco), Espaço Zero (São Paulo) y Ferrán Collado (Barcelona).
Vive y trabaja entre Europa, América Latina y los Estados Unidos.

“El tiempo en llamas”
El arte es siempre tiempo acumulado, tiempo enriquecido.
Es el tiempo de la construcción sentimental de la mirada, de la memoria, el tiempo de la intuición -que es la inteligencia del inconsciente-; la historia del cuerpo. El tiempo del arte no es el tiempo que dura el gesto sobre el papel. Es el tiempo del antes y el después. Vermeer nos dejó el momento de epifanía de la mirada de La joven de la perla, que prefigura una instantánea robada. Pero en ese rostro se acumulan los meses de haberla mirado obsesivamente. No es su rostro lo que vemos. Lo que vemos es una infinita cantidad de rostros superpuestos, de rostros mirados, agregados a golpe de horas y de días. Vemos el tiempo en trance.
Los cuadros de Luca Benites extendidos sobre la tierra de Ebnit (Austria) se ordenan como los años -yuxtapuestos y en estricto orden-, y con el mismo rigor geométrico que aplica a su trabajo. Es el tiempo lo que cubre la tierra. Un fuego acompaña la extraña escena. La hoguera está en el centro de un pequeño hoyo cuidadosamente cavado en el terreno, como eco del cuadrado que dibujan las obras sobre la hierba. Recuerdo que Luca y yo hablamos sobre el rito que estaba proyectando. De la misma manera que hay una familia secreta de “escritores del no”, hay, entre los artistas, aquellos que destruyen su obra para poner su cronómetro a cero. Pero Luca es un miembro curioso de esa tribu. No se despide de su trabajo; antes bien, lo transforma y lo reformaliza. Elige -como instrumento- la materia del tiempo trocado en ceniza.
Poco a poco, Luca va recogiendo una a una las obras que esperan su sacrificio transformador y las enciende en la hoguera. El tiempo en llamas. Los cuadros se consumen y el fuego se consume hasta que las brasas se derrumban en cenizas. Fin del rito del tiempo purificado. Recogerá la ceniza y pondrá el tiempo abrasado del arte a trabajar en un reloj hecho del tiempo de la memoria.
Ahora, la materia del tiempo marca el tiempo. Un loop sin fin.
Yamandú Canosa
Barcelona, 2018

Mi tiempo en mis manos -
Bronce, vidrio soplado y cenizas de obras quemadas. Madrid, 2019. Edición 5 de 6 +2AP

Gota a gota
Vidrio soplado, plata y ceniza de obras quemadas. Instalación 12 piezas medidas variables


Gota a gota
Bronce macizo. Instalación pared compuesta por 8 piezas. Madrid, 2019


Mi moneda
Latón. Madrid, 2019