ADRIÁN SOSA
(ARG, 1994)
Nacido el 25 de julio de 1994 en Monteros, Tucumán, es un artista visual contemporáneo, cuya producción sostenida desde 2017 ha conseguido numerosos premios y menciones. Es Licenciado en Artes por la Universidad Nacional de Tucumán, egresado del Taller C. Realizó la Diplomatura en Gestión Cultural de la Universidad San Pablo-T, y fue parte del programa de artistas 2021-22 de la Universidad Torcuato Di Tella. Además, se capacitó en clínicas y residencias dentro y fuera del país. Realizó tres muestras individuales: CASA, el abrasar del cerco 2017, La Sala 669 San Miguel de Tucumán. Teatro de operaciones 2021, Fundación Las Margaritas de Rodolfo Bulacio, Monteros. Y Herramientas para trazar el cielo 2025 con curaduría de Joaquín Rodríguez, Tucumán. En paralelo, integró exposiciones colectivas en Argentina, Francia y Perú -Pinta PArC Lima 2024-2025-.
En 2023 ganó la edición nº60 del Premio Braque organizado por la Universidad Nacional de Tres de Febrero, la Embajada de Francia y el Instituto Francés de Argentina con la obra Cuando lo profundo está cerca. Este galardón le permitió hacer una residencia en la Citè Internationale des Arts de París, donde produjo durante tres meses e integró la muestra colectiva Tracè Bleu, organizada por Architecturstudio, en el centro cultural CENQUATRE dirigido por José Manuel Goncalvez. Además, en 2023 fue parte del 2do Premio Nacional del Chaco y de Cinex+perfo (Festival Internacional de Performance-art y Formatos Audiovisuales) recibiendo mención de honor por las obras Fuerza Bruta y Cuando lo profundo está cerca, respectivamente. Y montó obras en el 18° Premio Nacional UADE y en el Salón del Litoral del mismo año. En 2022 realizó la residencia Nido de Águilas dirigida por Sofía Zuluaga en Villa de Leyva, Boyacá, Colombia, donde produjo durante tres semanas y realizó un estudio abierto al público local.
Asimismo, en 2022 obtuvo el Premio Regional del Concurso de Artes Visuales del Fondo Nacional de las Artes y la beca joven Kenneth Kemble de la municipalidad de San Isidro junto a la Colectiva Kalchaqui, con quienes realizó la performance Caminata ancestral por los Valles Calchaquíes en enero de 2023.
Participó en dos ediciones del Salón Nacional de Artes Visuales: en 2021 recibió el segundo premio de la categoría grabado con la obra Horas y espadas, y en 2024 participó con la video-performance Fuerza Bruta. Formó parte de las ediciones 48 y 51 del Salón Nacional de Artes Visuales de Tucumán, obteniendo en 2020 un incentivo a la producción por su obra Ensayos de nube. En 2020 gana el 2° lugar en la edición 11 del Premio Itaú Artes Visuales y obtiene una de las Becas Extraordinarias para artistas visuales de la Colección Oxenford, edición especial entre las nº13 y nº14.
Sus obras se encuentran en colecciones de Argentina y Brasil.
Vive y trabaja en Los Sosa, Monteros, Tucumán (ARG).
Tierra BaldíaVideo- Performance realizada junto con Walter Tolaba
5'49''. El Pasaje, Tucumán
Cae la noche, en un local vacío dos hombres organizan elementos y herramientas para trabajar en una acción artística: cuencos de barro sin cocer, picos, palas, martillos, hachas, cemento y ferrite. A través de la
supuesta vidriera acecha la curiosidad de los espectadores citados para la ocasión. Todo transcurre en un clima de silencio absoluto hasta que a los 2’25” comienza la verdadera acción.
Algo sale mal y Walter Tolaba descarga con fuerza dos hachazos contra una bolsa de cemento. Las partículas se esparcen de inmediato. Adrián Sosa se ata una remera al cuello para cubrir su rostro y revuelve más material con una pala de albañil. Tolaba replica la acción. Lo que sigue es un momento de enajenación. Un sin cesar de paladas cargadas con polvos tóxicos que estallan contra las paredes. La furia desatada por
otros dos minutos se convierte en una nebulosa densa. El tiempo se estira en una asfixia interminable, donde los artistas quedan atrapados.
Del otro lado del no-vidrio, los espectadores se colocan barbijos porqueel polvo escapa y los invade. La situación es perturbadora y algunos seincomodan y se retiran. Distintas cámaras por dentro y por fueraregistran la ferocidad de la performance Tierra baldía (2017), realizadaen El Pasaje, Tucumán.La acción evoca “el trabajo de la construcción y la toxicidad de eseambiente, lo insalubre de esa labor”, menciona Sosa. Pero no solo ocurreeso, sino que, en cuestión de segundos, la secuencia se transforma enun imparable arrebato de violencia pocas veces visto en unaperformance. En Tierra baldía todo es realista, no hay supuestos, y laimagen transmite esa crudeza de lo cierto, verosímil, visto por unaventana sin vidrio, y sin contacto con los artistas que, además, conocenlo que hacen.El registro que se exhibe está compuesto por distintas imágenes decámaras provistas por El pasaje y el público. Por lo tanto, lo que vemos ypercibimos cambiará de acuerdo con la subjetividad y la intuición del/aque haya filmado. El montaje cumple con todas las reglas y el resultadoes un video de alto impacto visual a secas.Un total hallazgo.

Fuerza Bruta 2020
Video- Performance. 3'46''.
Los Sosa Tucumán. Superficie recorrida: 55 x 70 m
Mención de honor, 2023, Cinex+perfo, Festival Internacional de Performance-art y Formatos Audiovisuales.
El metal frío abre el suelo produciendo una línea, la tierra es soporte de una imagen rupestre, primitiva que combina antiquísimos modos de expresión/producción para el sustento tanto de la vida como el de las imágenes.
Combino herramientas primarias de la labor con los primeros indicios del quehacer artístico del hombre en la tierra. Retomo mi vínculo con las herramientas y trabajos de campo en un paisaje cotidiano y las pongo en
dialogo directo con la historia del arte, el arte rupestre, el Land Art, el mercado y sus demandas.
Una imagen fuerte, por demás extraña en estos tiempos, FUERZA BRUTA interpela a un espectador que empatiza desde un primer momento con la mula, quien es guiada para realizar una imagen de sí misma de
monumentalidad equivalente al esfuerzo de producción.

Cuando lo profundo esta cerca 2023
Video-performance de dos canales con sonido abierto. 4' 54"Famaillá y Santa Lucía, TucumánPREMIO BRAQUE 2023Mención de honor, 2023, Cinex+perfo, Festival Internacional de Performance-art y Formatos Audiovisuales.
Adrián Sosa maneja una estética de lo simple de una manera muyhonesta. Deja al descubierto la obviedad que se nos escapa de larealidad. Con sigilo, se toma el tiempo para atrapar el instante nimio quelo circunda. Alejado del mundo apabullante, preserva el instinto enestado puro para filmar etnográficamente. Involucra su cuerpo sinbuscar el impacto brutal de la acción. Sus video-performances se anclanen el territorio y son declamatorias aunque prevalezca el silencio sinalteración.
Cuando lo profundo está cerca trae hacia nosotros un aire cenicientoque lo invade todo. Aumenta la sensación de asfixia. Subyacen el rugidoy el grito ahogado. Nos obliga a sentir el polvo atragantado en un tiempocinematográfico corto pero interminable. El cemento construye y laharina alimenta.
Con ambos marca grandes señales en dos rutas de Tucumán. Acarrea bolsas pesadas y vuelca las sustancias sobre el asfalto. Los autos pasan veloces e indiferentes levantando polvaredas. Sosa queda absorto a la vera del camino, hierático, declamando a través del gesto. No busca amansar el viento ni frenar la pequeña catástrofe. Solo intenta mostrar cómo el progreso mal administrado terminó siendo un dilema en una provincia rica constituida, en gran parte, por gente que vive la penuria a diario.
Como signo, señal o señalamiento, el polvo volatilizado es una recurrencia en la estética de lo simple de Sosa. No solo investiga la suspensión de las partículas en el aire y la agitación del elemento en el acto de la dispersión. Ser rehén de su propia trampa performática, envuelto en el polvo, no consiste tan solo en una experiencia ocasional, sino en visibilizar deliberadamente que tiene algo significativo para decir.

Deshacer el mundo, 2025
(serie ilimitada) Políptico de machetas utilizadas en la zafra restauradas e intervenidas con grabado 50 x 8 cm c/u (vista vertical). Detalle de machetas en estado original.
Por ser la última producción de Adrián Sosa, y por su enormecomplejidad sígnica, esta serie ilimitada de objetos únicos lleva el mismotítulo que tiene la muestra. Una imagen que puede disparar disimilesinterpretaciones: machetes clavados en la tierra, corroídos por eltiempo, pero aun manteniendo la formación, como una escuadra quearrecia contra la violencia del olvido. En realidad, se trata de la machetazafrera, cuya punta está recortada. Así como es una herramientatambién parece un arma. Es decir, puede significar lo mismo al mismotiempo, en la misma imagen. En tiempos violentos para el mundo, larebeldía del artista conceptual, cuyo discurso significa de maneracontundente, atraviesa la pared con la macheta. Catorce imágenesgrabadas a los lados de cada macheta evocan la existencia deltrabajador de la caña de azúcar. El artista piensa en incrustar sietemachetas en la pared para señalizar su RENEGAR. Algo que es productode la indiferencia cínica en total acuerdo con el estudio de Elena Oliveras(2024).
Del lado opuesto a la frivolidad del siglo XXI, la obra recupera unafunción esencial del arte: hacer pensar sobre el verdadero mensaje de loque estamos observando. Deshacer el mundo es un señalamiento queplantea abrir una salida, la de la razón, para deshacer en mil pedazos lacondena a una existencia cada vez más inhumana.
